Parece cosa de ficción pero no lo es. Esto pasó en las costas de Sur Africa a una pareja cincuentona que paseaba en un velero de 33 pies. Suerte que el casco de la embarcación era de acero; si llega a ser de fibra de vidrio, los hubiera hecho papilla.
El artículo con foto
jueves, julio 22, 2010
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