Cheng Shunguo, de 52 años y vecino de la ciudad de Wuhan en China, comenzó a sudar verde en el mes de noviembre. Preocupado por el color verde de su sudor fue al hospital. Los médicos no salen de su asombro. Le limpiaron y colocaron debajo de sus brazos una gazas, que a los diez minutos se habían tornado verdes. Su ropa interior, sus sábanas y aún el agua cuando se baña se tiñe de verde. Se le han hecho exámenes, pero todos resultan normal.
El verdoso
jueves, diciembre 06, 2007
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